¿Jugamos poco en las aulas?
Hasta hace poco no estaba muy bien visto jugar en clase. Existía la creencia de que las horas lectivas debían hacerse fichas, más o menos divertidas, y el juego era una actividad residual. Se juega si sobra tiempo. Pero detectamos cambios, sí, cada vez se juega más y mejor.
¿Qué quiere decir con que jugamos mejor?
El juego no es sólo un divertimento, es una técnica y puede llegar a ser una estrategia educativa si así lo queremos. Jugar es una actitud vital.
¿A qué hemos estado jugando hasta ahora en las aulas?
En las aulas se introducían juegos muy ligados a conocimientos curriculares concretos, a conceptos que requerían repetición y memorización: dominós de abecedarios, juegos deconectar países con capitales, juegos relacionados con las partes del cuerpo humano… Pero hasta ahora no hemos jugado con el objetivo de desarrollar capacidades o de alcanzar conocimientos nuevos por nosotros mismos.
¿Qué elemento ha hecho cambiar nuestra perspectiva del juego?
La perspectiva está cambiando poco a poco, pero creo que ha sido importante redescubrir el juego y desarrollar la gamificación en el mundo adulto profesional. Introducir el juego en dinámicas propias de empresas nos ha hecho cambiar un poco el chip.
¿Qué beneficios tiene el juego como estrategia educativa frente a otros sistemas?
El juego es emoción, y como ya defienden muchos estudios de neurociencia, no hay aprendizaje si no hay emoción. Cuando jugamos asumimos retos, nos esforzamos, nos volvemos perfeccionistas. A los 7 años, las niñas pasan más horas del revés que de pie, porque hasta que no saben hacer el pino perfectamente no paran. Nadie les ha dicho que lo deben hacer, pero es un “auto reto” que asumen con intensidad.
¿Qué es lo que hace atractivo el juego?
Yo creo que cuando planteas un juego, estas planteando un reto, un objetivo, que puede ser educativo aunque el alumno no lo asuma como tal. El juego también es narrativa si se plantea como una competición, como una aventura.
¿Y por qué cree que el juego no forma parte de las técnicas de aprendizaje o que no es en sí mismo una estrategia dentro de los centros formativos?
Porque no estaba bien visto, como hemos dicho antes. Algunos profesores sí intentaban aplicar el uso del juego como parte del sistema pero, definitivamente, es una apuesta del centro el incluir el juego como estrategia y como método.
¿Qué cree que hace falta para hacer este paso?
Han de cambiar muchas cosas. En primer lugar, que los equipos directivos apuesten por ello. Que la formación de los profesores les ayude a desarrollar su capacidad de jugar, y que se deshagan de la concepción de que ellos son el centro de la clase. Las aulas deben ser “alumnocentristas” y dejar de lado la creencia de que los niños y niñas sólo aprenden si el profesor se lo explica.
¿Cree que los profesores no saben jugar?
El juego es una capacidad humana como pensar, amar o memorizar. Si no se entrena, se trabaja, se desarrolla y se pone en práctica, nuestra capacidad de jugar se reduce. Sí que sabemos jugar, pero olvidamos las dinámicas y las lógicas del juego.
¿Qué recomienda a los profesores?
A los que estén interesados en integrar estrategias de juego en su metodología, que hagan comunidad. El trabajo del profesor es muy solitario y es necesario sentirse arropado, intercambiar experiencias, propuestas y opiniones. Es importante que los profesores logren que esto sea un tema de reflexión dentro de sus centros, ya que si no se implica toda la comunidad educativa, el maestro al final se cansa y se quema.
¿Qué cambiaría de las escuelas de hoy en día?
El sistema educativo está en crisis y hay que aprovechar la oportunidad para proponer alternativas. Yo, evidentemente, utilizaría el juego como sistema, pero también cambiaría la estética y distribución de las aulas y, sobre todo, los patios.
¿Los patios?
Un niño de primaria pasa más de 5000 horas en un patio, y es un espacio en el que, por ejemplo, el profesor no tiene claro cuál es su papel. Es el único espacio del colegio destinado al juego y no está adaptado a ello, ni morfológicamente ni organizativamente.
La implementación de las TIC en las aulas, ¿favorecen o reducen el tiempo de juego?
Depende. En los centros donde se ha implementado el uso de TIC sin una formación específica al profesorado, sólo han logrado reforzar la figura del maestro y su clase magistral, porque piensan que ahora pueden poner dibujitos y animaciones que apoyan su discurso, cuando en realidad las TIC vienen a reforzar el aprendizaje partiendo del propio alumno.
¿Crees que los profesores sacan poco provecho de las tic?
No conocemos aún todas las aplicaciones que nos pueden ofrecer.  Precisamente los entornos digitales favorecen el intercambio de experiencias entre profesores también, lo que comentábamos antes de crear comunidad. En Tiching se hace por ejemplo alrededor de los contenidos. Debemos aficionarnos más a compartir experiencias, dudas, miedos, a proponer, a participar etc.