Los procesos de evaluación en la escuela tienen un claro objetivo que consiste en determinar si se cumplen los objetivos de aprendizaje definidos en la programación didáctica. En definitiva, saber si el alumnado está aprendiendo. Utilizamos diferentes formas de evaluar según la metodología utilizada en el proceso de enseñanza y aprendizaje y, para algunos de los contenidos y los tipos de actividades propuestas, podemos contar con soluciones tecnológicas que pueden ayudarnos a optimizar la forma de evaluar y el tiempo dedicado a las correcciones.
Si bien es cierto que muchas de las actividades y ejercicios realizados en el proceso de aprendizaje del alumnado requieren de un seguimiento personalizado realizado por el profesor para poder identificar el nivel de desarrollo del alumnado, también existen un conjunto de actividades y ejercicios que pueden convertirse en autocorrectivas gracias a las TIC. Se trata de actividades de respuesta cerrada en las que un sistema puede realizar la tarea de corrección. Estas actividades pueden ser de respuesta múltiple, relación, espacios en blanco, verdadero y falso, observación visual, respuesta simple u otras.
Pero, ¿cuáles son las ventajas?
Este avance tiene diferentes ventajas tanto para el profesor como para el alumnado.
Por la parte del alumnado, le permite realizar las actividades a su ritmo ofreciéndole un feedback inmediato que le permite, autoevaluarse y reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje al momento. En este mismo sentido, le permite avanzar de forma autónoma sin necesidad de esperar un feedback del profesor que a veces puede tardar un poco.
Por la parte del docente, le permite recibir un informe de cada alumno en el que podemos recoger datos que hasta el momento no teníamos, por ejemplo: el número de intentos que ha realizado cada alumno, en qué puntos se ha atascado, cuánto tiempo ha dedicado a cada ejercicio, etc.
Es lo que denominamos trazabilidad educativa, la que nos permite hacer un seguimiento personalizado de la evolución del aprendizaje de nuestros alumnos, y así atender a la diversidad de necesidades en nuestra aula. Los datos que obtenemos de las actividades autocorrectivas nos permiten ver el progreso individual de cada alumno y detectar en qué puntos necesita un refuerzo o una ampliación. Algunos libros de texto digitales como la propuesta de EduBook3D ya ofrecen opciones de actividades autocorrectivas con trazabilidad educativa muy completas.