Quiero señalar que necesitamos hacer de esas familias “nuestra propia gran familia”. Debemos hacerles saber cuánto vamos a querer a sus hijos y que les deseamos el mayor de los éxitos. Debemos ofrecerles nuestra ayuda y apoyo de forma incondicional. Durante el tiempo que sus hijos estén en nuestra aula, compartimos un trabajo: educarlos.
Aun así, es importante hacerles saber cuáles son sus responsabilidades. Permíteme que comparta unas técnicas que uso y me han convertido en una educadora más efectiva:
- Comparte con las familias tu información personal: email y teléfono, con un horario claro. Aunque recomiendo flexibilidad al comienzo de curso.
- Explícales claramente las expectativas para este curso escolar: gestión de la clase (comportamiento, permisos, consecuencias), el horario, materiales y recursos que usarán, tareas, etc.
- Todas esas expectativas deben ser visibles en el aula. Recomiendo que designes una pizarra o tablón para esta información, además de otros tablones donde se pueda visualizar el trabajo que realiza el alumnado y así los padres puedan ser partícipes del aprendizaje.
- Pide a los padres que se comprometan, haz uso de un contrato que refleje que cooperarán contigo.
- Explica el currículo o metodología que usas en tus clases (espacios, materiales, tiempos, recursos, etc.).
- Envía “tarea” semanal. No necesita ser nada extenso o meramente académico, pero si algo que ayude a las familias a saber que esté ocurriendo en el aula. A mí me gusta llamarlo “Aprendizaje compartido con el hogar”. Ofrece a las familias la posibilidad de hacer uso de tus materiales, comparte, sugiere y proponles ideas.
- Haz cartas mensuales en forma de “noticiero”. Las familias deben estar informadas de todo lo académico y no académico; por ejemplo, actividades extra que vayamos a realizar: visitas, excursiones, fechas importantes… Siempre añade tu información de contacto como recordatorio.
- Reserva un minuto para llamar a cada familia, enviar un email o un mensaje de texto compartiendo alguna buena noticia con ellos, como un éxito de su hijo o hija esa semana.
- Envía fotos o vídeos que muestren cómo trabajan, exploran, investigan, debaten, comparten o socializan sus hijos.
- Invita a tus familias a formar parte de lo que está pasando en el aula: que sean entrevistados, que compartan alguna destreza, lean a los estudiantes o donen su tiempo para ayudar en clase. A los estudiantes les encanta ver a sus padres involucrados. Esto les manda un mensaje de “mi familia se preocupa por mí y mi aprendizaje”.
- Si surge algún conflicto de cualquier tipo, encuentra un momento para sentarte con esa familia y resolverlo cuanto antes. Recuerda y repíteles que “estamos en el mismo barco” remando hacia una misma isla: educar a sus hijos.
- Comparte la alegría que da tener esta relación conjunta con sus hijos y encuentra un momento para sonreír o reír con ellos. ESTAMOS CAMINANDO...