Solo lograremos transmitir valores si logramos asumirlos como propios primero, ¿verdad? Y la ecología es uno de los conceptos que mejor se aprende con la práctica. Se trata de que, en el día a día, los más pequeños normalicen ciertos hábitos y costumbres, y sean conscientes de la importancia que eso tiene para la conservación del planeta.
Es importante también reforzar las acciones con ciertos mensajes, que les aporten un contexto y una base para entender por qué es necesario realizar ciertas acciones. Podemos, por ejemplo, utilizar la regla de las tres R: reutilizar, reciclar, reducir. No basta con reciclar lo que gastamos, sino que debemos consumir mucho menos: evitar productos desechables, comprar sólo lo necesario, promover el intercambio de objetos o la compra de segunda mano…
Pero, ¿cómo aplicar estas ideas en nuestro centro educativo? A continuación te damos algunas propuestas, ¡toma nota!:
- Herramientas y materiales sostenibles: Es importante que las diferentes equipaciones y servicios de la escuela estén acordes con las ideas que queremos transmitir. Podéis instalar, por ejemplo, placas solares en el tejado del edificio para generar vuestra propia energía, o utilizar ecoproyectores en las clases, que no utilizan mercurio y tienen el mismo rendimiento.
- Ahorrar agua: Desde la misma clase ya podemos trabajar el mensaje de lo importante que es este recurso tan esencial para la vida en la Tierra. Podéis hacer carteles para poner en cada grifo recordándolo, o encargaros de revisar que ninguna tubería tenga fugas. Es interesante además disponer de bidones para recoger el agua de lluvia y utilizarla para el riego, o comprobar que las cisternas de los urinarios no utilicen más agua de la necesaria. Por cierto, ¿sabes cuánta agua consumes en un día?
- Huerto escolar ecológico: ¿Contáis con un pequeño espacio con tierra en el centro escolar? Aprovecharlo para dar vida a un proyecto como éste es una genial idea. Podéis enseñar a los más pequeños multitud de conceptos, desde el manejo de desechos (¿hacemos compost con las sobras del comedor?) hasta la importancia de alimentarnos de una manera sana, tanto para el Planeta como para nuestro propio cuerpo.
- Reciclar diferentes materiales: Es muy importante que los más pequeños sepan reconocer cómo utilizar cada contenedor de reciclaje, pero también como reciclar ellos mismos los residuos que generan. ¿Y si en la clase de arte hacemos los talleres y actividades con materiales reciclados? Reducir la cantidad de basura producida es un gran paso, y no siempre es difícil…¡ánimo!
- ¿Y si reutilizamos también el papel?: Podéis realizar un taller de reciclado de papel en el aula, y aprender el proceso de fabricación de este material. Seguro que más de uno se queda con la boca abierta…
- Ahorra energía: Es importante que adquieran ciertos hábitos, como apagar las luces de las salas vacías, o desenchufar aquellos aparatos que no se utilicen. Además, es interesante que los aparatos que tenéis en el centro gasten la menor energía posible, como las bombillas o los proyectores de bajo consumo.
- Consumo responsable: Aprender a comprar menos y mejor a veces es algo complicado, sobre todo por la falta de costumbre. En la escuela podéis contribuir a este cambio de mentalidad, con pequeñas pero significativas acciones: no desperdiciéis el material en los talleres y manualidades, fomentad la celebración de cumpleaños sin regalos comprados (¡vale todo lo que haya hecho uno mismo!), pedid que lleven el bocata del recreo sin envolver en papel de aluminio… ¿y habéis oído hablar del consumo colaborativo? ¡Es una genial forma de unir sostenibilidad y cooperación entre personas!